Vegetables and greens: from soil to your table
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Vegetables and greens: from soil to your table

by Antonio Jordán, University of Seville, Sevilla, Spain

First, in English:
Ecosystem services provided by the soil are fundamental for the balance of life on Earth. The soil sustains biodiversity, and its use provides significant benefits to humanity. The soil acts as a reservoir of essential nutrients for plants, contributes to water purification by filtering contaminants, and offers structural support for vegetation. Additionally, it plays a crucial role in climate regulation, storing carbon (derived from atmospheric CO₂ fixed by plants) and releasing it gradually. The biological diversity of the soil promotes the decomposition of organic matter and the formation of humus, thereby enhancing fertility. These interconnected and delicately balanced ecosystem services underscore the importance of preserving the health and functionality of soils to ensure sustainable development.
Soil is the fundamental foundation for food production, acting as the primary habitat for a variety of essential organisms in nutrient cycles. Its ability to support crops is crucial for global food security. The diversity of soils in different regions of the world has given rise to a rich variety of foods. Agriculture, directly dependent on soil quality, is the cornerstone of our societies, feeding growing populations. However, this vital resource is threatened by unsustainable agricultural practices, deforestation, and pollution.
A healthy soil not only ensures high agricultural yields but also plays a critical role in mitigating climate change. Soils act as carbon sinks, storing significant amounts of this greenhouse gas. Soil loss due to degradation, erosion, and sealing contributes to carbon release into the atmosphere, exacerbating climate change. Therefore, it is imperative to adopt sustainable agricultural practices that promote soil health and reduce carbon emissions.
Sustainable soil management involves a combination of agricultural techniques that preserve soil structure, promote biodiversity, and reduce erosion. Crop rotation, the application of organic fertilizers, and the use of agroecological practices are key approaches to maintaining soil health. Additionally, the protection of forested areas and the implementation of conservation agriculture practices contribute to preventing soil loss and benefiting from its ecosystem services.
Education and public awareness are crucial to promote responsible agricultural practices. Consumers play a vital role in preferring sustainably produced foods and supporting farmers adopting environmentally friendly practices. Governments and institutions must also implement policies that foster sustainable soil management, providing incentives and support to farmers committed to responsible practices.
Local food trade plays a fundamental role in sustainable development by promoting a range of environmental, social, and economic benefits. By encouraging local production and distribution through short supply chains, emissions associated with long-distance food transport are reduced. Furthermore, this approach facilitates traceability and transparency in the food chain, allowing consumers to understand the origin and production methods of the food they consume.
In social terms, local food trade strengthens local communities by supporting local farmers and promoting the diversity of regional products. This contributes to the preservation of culinary traditions and the creation of employment in rural areas. Economically, local trade boosts the economic viability of small agricultural operations, contributing to sustainable development at the community level.

Ahora, en español:
Los servicios ecosistémicos del suelo son fundamentales para el equilibrio de la vida en la Tierra. El suelo sustenta la biodiversidad y su uso proporciona grandes beneficios a la humanidad. El suelo actúa como un almacén de nutrientes esenciales para las plantas, contribuye a la purificación del agua al filtrar contaminantes y ofrece soporte estructural para la vegetación. Además, desempeña un papel crucial en la regulación del clima, almacenando el carbono (procedente del CO₂ atmosférico fijado por las plantas) y liberándolo gradualmente. La diversidad biológica del suelo promueve la descomposición de materia orgánica y la formación de humus, mejorando así la fertilidad. Entre otros, estos servicios ecosistémicos, interconectados y delicadamente equilibrados, ponen de manifiesto la importancia de preservar la salud y la funcionalidad de los suelos para garantizar un desarrollo sostenible.
El suelo es la base fundamental para la producción de alimentos, actuando como el hábitat primordial para una variedad de organismos esenciales en los ciclos de nutrientes. Su capacidad para sustentar los cultivos es crucial para la seguridad alimentaria global. La diversidad de suelos en diferentes regiones del mundo ha dado origen a una rica variedad de alimentos. La agricultura, que depende directamente de la calidad del suelo, es el pilar de nuestras sociedades, alimentando a poblaciones crecientes. Sin embargo, este recurso vital se encuentra amenazado por prácticas agrícolas insostenibles, deforestación y contaminación.
Un suelo saludable no solo garantiza rendimientos agrícolas altos, sino que también desempeña un papel crítico en la mitigación del cambio climático. Los suelos actúan como sumideros de carbono, almacenando grandes cantidades de este gas de efecto invernadero. La pérdida de suelo debido a la degradación, la erosión y el sellado contribuye a la liberación de carbono a la atmósfera, contribuyendo al cambio climático. Por lo tanto, es imperativo adoptar prácticas agrícolas sostenibles que promuevan la salud del suelo y reduzcan las emisiones de carbono.
La gestión sostenible del suelo implica una combinación de técnicas agrícolas que conserven la estructura del suelo, promuevan la biodiversidad y reduzcan la erosión. La rotación de cultivos, la aplicación de abonos orgánicos y la utilización de prácticas agroecológicas son enfoques clave para mantener la salud del suelo. Además, la protección de áreas forestales y la implementación de prácticas de agricultura de conservación contribuyen a prevenir la pérdida de suelo y a beneficiarnos de sus servicios ecosistémicos.
La educación y concienciación pública son cruciales para fomentar prácticas agrícolas responsables. Los consumidores desempeñan un papel vital al preferir alimentos producidos de manera sostenible y apoyar a agricultores que adoptan prácticas respetuosas con el medio ambiente. Los gobiernos y las instituciones también deben implementar políticas que fomenten la gestión sostenible del suelo, proporcionando incentivos y apoyo a los agricultores comprometidos con prácticas responsables.
El comercio de alimentos de proximidad desempeña un papel fundamental en el desarrollo sostenible al promover una serie de beneficios ambientales, sociales y económicos. Al fomentar la producción local y la distribución en circuitos cortos, se reducen las emisiones de carbono asociadas al transporte de alimentos a largas distancias. Además, este enfoque facilita la trazabilidad y transparencia en la cadena alimentaria, permitiendo a los consumidores conocer la procedencia y métodos de producción de los alimentos que consumen.
En términos sociales, el comercio de alimentos de proximidad fortalece las comunidades locales al apoyar a los agricultores locales y promover la diversidad de productos regionales. Esto contribuye a la preservación de tradiciones culinarias y a la creación de empleo en áreas rurales. Económicamente, el comercio local impulsa la viabilidad económica de pequeñas explotaciones agrícolas, contribuyendo al desarrollo sostenible a nivel comunitario.